Con terror escucho pasos que iban hacia él, y empezaron las burlas: "gafotas, cuatro ojos, capitán de los patosos". El martirio empezaba.
Le gustaba leer, le gustaba estudiar, y sus gafas se lo hacían posible.
Soñaba que era Superman. Ahora Clark Kent, torpe y gafotas, pero un día llegaría en que se transformaría en el superhéroe, culto, inteligente y admirado por todos.
El último en reír ríe mejor
Qué bien Ana Verónica que hayas podido publicar en la entrada. El relato es genial y muy ocurrente. Si quieres puedes poner también el relato que escribiste la semana pasada sobre "abanico".
ResponderEliminar¡Un saludo!
He adjuntado una foto a tu relato, si tu tienes idea de poner otra, la puedes suprimir y poner la que hayas elegido.
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