Las luces y la música me aturdían. Me alejaba de ellos. Me sentía perdida. A cada vuelta, sonrientes me aplaudían y me volvían a decir adiós con la mano. Yo giraba y giraba. Feliz me dejé llevar en mi caballito alado. Disfruté lo que la vida me regaló y aprendí la enseñanza de los errores. Ahora, cuando retorno, no encuentro sus sonrisas, sus aplausos, sus adioses. Sin embargo, en cada giro, el carrusel de la vida me devuelve, el recuerdo agradecido.
probando probando
ResponderEliminarRETORNO
ResponderEliminarNo hay retorno. Hace tiempo tome mis propios caminos. Ayer lo vi en un acto público. Nos saludamos con alegría y, mientras nuestras bocas hablaban de como nos iba la vida ahora, nuestros ojos decían con curiosidad ¿Qué hubiera pasado si hubiésemos cogido el mismo desvio?. Luego, al volver a casa, me quede colgada de ese interrogante ¿Qué tal nos hubiera ido? ¿Qué seria de mi? ¿que, que, que...? Hoy lo veo mas claro, y el pasado, pasado esta.