Que hartita estoy de gente perfecta… de esas personas que todo lo hacen bien y que se permiten darte consejos a los tres minutos y medio de haberte conocido. Cuando escucho “Mira, no me quiero meter pero tenías que hacer …” Se me abren las carnes y es que me he criado rodeada de perfección siendo absolutamente imperfecta y no imaginas lo que se sufre. Tengo perfección para cinco vidas.
Autora: Teresa Armida