Aún se
colaban en la habitación algunos rayos tibios del último empujón de la tarde.
Estaba cansada, y aunque no era habitual, se sentó a leer un libro, que acababa
de sacar de la biblioteca. Era uno de los pocos cuyo título le sonaba. Lo
abrió sin demasiadas esperanzas y comenzó a leer. La luz de las tardes
moguereñas empezó a invadir su espacio cansado, sintió en su piel la dulzura
vibrante de la primavera, los amarillos de los cardos se colaron sin permiso en
sus pupilas, y las nubes de agua, las lágrimas tiznadas…y ese borriquillo… Y por
primavera vez, en su celda, se sintió libre.
blog de microrelatos y acuarelas de la autora www.adondelcaminoira.blogspot.com
blog de microrelatos y acuarelas de la autora www.adondelcaminoira.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario