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jueves, 20 de febrero de 2014

MAS NO ME CAUTIVA



Fablaba y fablaba Don Rodrigo, y nunca pausaba. Pero su fabla poco me cautivaba. Refería guerras y torneos y asuntos de estado que mi corazón no ansiaba. El mar se extendía grandemente  hasta do nuestros ojos alcanzaban, y una luna de plata asomaba en el horizonte. La tarde caía plácida y henchía los corazones. Y yo quería fablar de amores mas no de guerras. Plantado dejé a Don Rodrigo y lancéme al camino de vuelta  al pueblo, a comadrear con las mujeres que tanto más me entretienen.

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