Nada más atravesar el templo cruzaron sus miradas. Nunca antes había experimentado el odio amenazante que reflejaban aquellos penetrantes ojos. De momento se encontraba a salvo pero sabía que sus enemigos no le concederían tregua. Intuyó una escurridiza sombra acercándose sigilosamente, y un escalofrío recorrió su nuca. Intentó ver su cara pero una oscura capucha le cubría por completo. Debía andar con ojo y no fiarse de nadie, pues allí donde Dios tiene un templo, el demonio levanta una capilla.
Espacio creativo del Club de Lectura de Bellavista dedicado a microrrelatos de ochenta palabras.
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miércoles, 29 de enero de 2014
INTRIGAS
Nada más atravesar el templo cruzaron sus miradas. Nunca antes había experimentado el odio amenazante que reflejaban aquellos penetrantes ojos. De momento se encontraba a salvo pero sabía que sus enemigos no le concederían tregua. Intuyó una escurridiza sombra acercándose sigilosamente, y un escalofrío recorrió su nuca. Intentó ver su cara pero una oscura capucha le cubría por completo. Debía andar con ojo y no fiarse de nadie, pues allí donde Dios tiene un templo, el demonio levanta una capilla.
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