Despues de tanto tiempo de sequía emocional, pasaba los meses del almanaque contemplando aquellos seres hermosos, fuertes, viriles, imaginandolos avanzando a traves del humo, tomandome en sus brazos como a una ligera pluma, nos mirabamos a los ojos y nos fundíamos en un beso mas incandescente que las llamas que nos rodeaban.
Ideé un plan. Un camison seductor, maquillada, perfumada, en un balde metalico cerca de la ventana empezó la combustión. Los vecinos llamaban pero yo, tendida languidamente en el sofa, esperaba en silencio a los profesionales.
De repente, todo va saliendo mal. Estoy aturdida de tanto humo, tiznada, casi sin respirar. Rompen la puerta a hachazos, me destrozan medio piso; y aparece un bombero feo y malhumorado, oliendo tanto a sudor que prefiero atufarme con el humo, y tira de mi como de un saco de patatas.
En ese terrorífico momento, salta la alarma y doy mil gracias por el nuevo y solitario dia que me espera.
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