Por favor, no te vayas… Sin tu presencia no soy nadie.
Te necesito cada noche a mi lado respirando el mismo aire con tu cuerpo como una prolongación del mío.
No voy a ser capaz de seguir adelante y no te lo digo como una amenaza sino como la garantía de que siempre podrás contar con mi amor.
No me dejes. Qué sentido tiene mi vida sin saberte a mi lado…
Me miró con pena, cogió su maleta y se subió al tren.
Autora: Teresa Armida
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