La imagen proyectada no correspondía a la que ella tenía en mente. Las arrugas pronunciadas alrededor de los ojos y de la boca, le recordaban más a su madre que a ella misma.
Se miró de nuevo en el espejo, ahora observó a una niña con trenzas que le devolvía su limpia mirada. Le recordaba a su querida pequeña hija fallecida.
Confundida decidió olvidar todos los recuerdos, rompiendo en mil añicos todos los espejos en los que se había mirado.
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