Caprichosa, tenaz. Te contorneas ante mi siempre que te miro. Incansable llegas hasta mi, primero altiva y potente, después calmada y ligera. Acaricias mi cuerpo. Estremeces mi corazón y mi alma. Segura de tu conquista, te retiras suavemente casi sin darme cuenta, para luego volver otra vez cargada de nueva energía. Y me dejo de llevar por tus vaivenes provocadores, por tu olor húmedo y embriagante, por tu incansable movimiento provocador. En la playa a cualquier hora, en cualquier momento.
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