Suena una
cumbia en la radio arrinconada y polvorienta, como casi todo en este puesto
fronterizo. Poca gente cruza y mejor no intimar mucho con los que lo hacen,
para no dejarse arrastrar por sus sueños rotos y sus futuros tan predecibles e
implacables como el sol ardiente que acompaña cada jornada. Por eso Julián
permanece día a día en su puesto de trabajo, cumplidor e impasible, mirando a
otro lugar y soñando otros sueños. Su vida empezará al terminar su jornada,
cuando acalle la radio y deje atrás el polvo de su frontera.
blog de la autora www.adondelcaminoira.blogspot.com
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