y
mortífero deseo de ti...
Calcino
mi pensamiento
que
suicida invoca, una a una,
las
flamígeras alusiones
que tus
palabras me rinden.
Me
lanzo feroz
sobre
los férvidos
besos
impalpables
que
enardecen mi ya pretérito
estado
de desasosiego.
Aullo a
diestro y siniestro
un
profundo y colérico alarido
de
voracidad satánica.
No
aguanto la espera,
y
mientras hiervo
y
desprendo lágrimas
bajo un
síndrome de abstinencia
que
lleva tu nombre,
mi piel
suda sangre
y mis venas
deshidratadas
te
urgen moribundas.
Soy
volcán y vehemencia,
sexo en
ebullición,
combustión
de amor.
Mas
cuando al fin apareces
me
torno albor
y
resplandezco áurea e infinita
sobre las llamas caucáseas
sobre las llamas caucáseas
de un
fuego abrasador
que,
sin ti,
me derrite el alma.
me derrite el alma.
Sorprendente , leo y me subyuga.
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