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lunes, 17 de marzo de 2014

DEMASIADO TARDE


Era la única persona a quien de una manera anónima había confesado su problema. No aguardó a escuchar el consejo que pacientemente había esperado. Estaba decidida. Cuando él llego a la casa tenía como siempre la sopa servida en el plato, esta vez tan bien condimentada que jamás volvería a repetir los continuos reproches e insultos. Tras de sí cerró la puerta y se marchó, mientras en la radio sonaba aquella armoniosa  melodía que anunciaba "El Consultorio de Elena Francis".

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