Así
me asomo al patio para comprobar que el reflejo anaranjado, apenas vislumbrado
en la ventana, es realmente la invasión de su pared más blanca por un sol
agonizante.
Así
abro el último mensaje como quien abre un regalo, un libro, una carta…
Así
vuelvo, al filo del otoño a esos encuentros en los que entre los libros, brotan
momentos de sabiduría, humor e inteligencia, con excepcionales mujeres
ilustradas.
Así
vuelvo a contar palabras, para que cuenten lo que siento.